ANATOMIA DEL TIGRE DE DIENTES DE SABLE
Uno de los animales fósiles más carismáticos, es sin duda el tigre Dientes de Sable (Smilodon fatalis). Es acordado que una extraordinaria anatomía lo preparó, en su tiempo, para ser un cazador con técnicas únicas, pero lo cierto es que luego de 150 años de estudio, todavía hay muchas preguntas por responder con respecto a su comportamiento predador.

Un estudio publicado en el PNAS de la academia de ciencias de USA, responde las preguntas de si sus famosos dientes de sable eran utilizados para derribar grandes presas, o si eran utilizados para eviscerar a sus víctimas. También quisieron respondes a la duda de si la potencia de su mordedura era débil o fuerte comparada con la de los grandes felinos modernos.
Para responder estas dudas, los científicos realizaron una reconstrucción por computadora muy detallada, según ellos la mejor hecha hasta la fecha sobre un cráneo de vertebrado. Así pudieron medir el rendimiento biomecánico del Dientes de sable.
Sus resultados demostraron que la fuerza de mordida aportada por la musculatura de la mandíbula del Dientes de sable era “relativamente débil”. “Un tercio de la de un león de un tamaño similar”, dicen los científicos en el estudio. “Su cráneo estaba pobremente optimizado para resistir la carga extrínseca de una presa luchando”.
Dedujeron que el cráneo del Smilodon estaba mejor preparado para mordidas en presas contenidas cuando la potencia de mordida se veía aumentada por la fuerza de la musculatura cervical.
Las conclusiones es que el gran Tigre Dientes de Sable debía primero derribar a sus presas, y una vez que las tenía contenidas, recién les daba la mordida fatal que aportaba la fuerza de la musculatura del cuello. “Debido a que las presas grandes son más fáciles de contener si su cabeza está sujeta, la mordida asesina seguramente iría dirigida al cuello”, concluyen los científicos, y siguen: “Nosotros creemos que la más poderosa musculatura maxilar del león se requiere para mordidas que duran tanto como para asfixiar a la presa, y que las mordidas relativamente poco fuertes del Smilodon podrían reflejar su habilidad para matar grandes presas más rápido, evitando la necesidad de mordidas prolongadas”. |